Cuando el rose
del viento pesaba, el movimiento pendulante de las hojas de aquellos bellos
acres rojos en esa fresca mañana de otoño; él se encontraba con la mirada perdida.
Dentro de su
pensamiento albergaba un mundo, que, en aquel entonces, para el resto era
desconocido. aunque paradójicamente era un reflejo de todo lo mundano que existía.
El tiempo transcurrido en ese mundo golpeaba cada estrella del firmamento produciendo un silencio abrumador que estallaba en cada rincón del pensamiento; escurriéndose, como sudor frío por cada grieta de su alma.
Marcado por cicatrices de viejos amores, por suspiros amargos, noches en vela y lleno de "te amo" encubiertos de mentiras. Que como bloques convertidos en escombros se fueron desmoronando dejando así espacios que conectan miradas.
En ese momento de escombro salio alguien de adentro de esas piedras, con una mirada oscura donde se veía la espuma, que como animal rabioso se escurría de su boca. Que en cada gota como ácido quemando marcaba un camino de olvido y tristeza.
La sensación punzante del mineral colándose hasta los huesos era señal de que llevaba mucho tiempo perdido en aquel laberinto que significaba su mente y se preguntaba: "¿Que te pasa p*ta, queres que te la ponga? eh!"