Mi Utopía
Me gústas fue mi primera confesión hacia vos, muy
loco pensar que esa primera confesión arrastraba 17 meses de conversaciones
tontas, chamullos baratos y sonsas peleas. Es así, me gustas. No tengo como
comparar lo que construiste en mí, no hay conque hacerlo. Simplemente estas ahí,
con tus ojos bonitos, las manos temblando de valor por pasar escasas 3hs
conmigo, descubrir que no solo ando con ambo azul por la vida y dejarme robarte
el primer beso. Puede que no me creas, pero estoy seguro que le crees a lo que
se sintió en el cuerpo cuando nos besamos. Tus manos dejaron de temblar, cerraste
los ojos, te aferraste a mi cuerpo y entregaste todo tu nerviosismo a mis labios.
Fue ese beso cargado de energía el que me hizo cambiar de perspectiva.
Tu boca encajaba con la mía, mis manos te sentían y era la sensación
mas bonita. El pecho me latía fuerte y conocerte ese día, personalmente me
revoluciono la vida. Estar contigo era estar en todas partes, en el mar, a los
pies del Aconcagua, en la cima del cerro viendo el valle, en la playa del rio a
las 2 de la mañana esperando una estrella para pedir un deseo, en navidad a los
5 ansiando despertar y bajar por mi regalo, en la plaza San Martín a las 00:30h
entregando café la víspera de pascua. Es estar en todos lados siendo feliz,
pero solo estando contigo.
Fanático de las primeras veces, ansioso de cumplirlas todas,
incrédulo de que lo imposible no existe pensaba que las había tenido todas,
hasta que me descubrí a las 23:05h diario preocupado por si habías llegado bien
a lo que yo le llamo tu fosa de cocodrilos. Descubrirme en esa preocupación diaria
fue darme cuenta de que te quería, con todo el peso de la palabra, te quiero. Y
con esa frase venia el pensamiento golpeando fuerte me estoy enamorando y
es de mis grandes primeras veces.
Me enamore de ti. Me descubrí enamorado de ti de a poquito,
cada que veía una flor y pensaba que bonita se vería acompañando tu carita,
Dios tu carita, verte de cerca rozando la mía, me descubrí enamorado de ti
cuando tus brazos me rodean fuerte apretando mi cintura, obligándome a cerrar
los ojos para observarte desde la sensación abrumadora del tacto; sintiéndome en
casa. Me descubrí enamorado sintiéndome vivo después de cada encuentro suspirando
al techo. Me descubrí enamorado cuando recibí el primero de muchos beses en mis
ojos, dejando tu boca una impresión más permanente que cualquiera de los
tatuajes que adornan tu piel. Me descubrí amándote. Ahí va otra de mis primeras
veces.
Recuerdo perfectamente la primera vez que te dije te amo
porque no estabas ahí para oírla. Estaba esperando esa noche una estrella fugaz,
y cuando paso, como si fuera un latido de mi corazón, como una respiración salió
de mis labios bajito un lo amo,
espero que también me ame. Fue la primera vez que algo distinto se alojó en
mí. Comenzó a moverle el piso al lugar que ocupaba en mi pecho el sentimiento
de vacío, ese que mil veces quise ahogar entre humo y tequila. Tenia que dejar de
fumar, a este no lo quería ahogar, venia solito y preparado con su pala para cortar
las raíces.
Ahí, fue justo ahí donde caí en la cuenta de que mi audición
había terminado, ¿Cuál audición? Pues la de a quien le pertenece mi corazón. Me
encontraba en la fila, junto a aquellos que envueltos en el frio del invierno
anhelan una compañía efímera que los abandone al llegar el abrasador sol del
verano, porque allí me dejan, en verano. Un corazón tras otro bañados en
aparente melancolía esperando el turno para embarcarse en otra absurda búsqueda
de algo que al final siempre termina igual. Cada vez que ponía mi corazón en audición
termino un poco mas convencido de que nadie esta hecho a mi medida, o que tal
vez soy yo el que no es medida de nadie. Hasta que en mi audición me encontré en
tu escenario, contigo sentado como director, te observo en mi cama, con tu corazón
como bolígrafo rechazando rubios insulsos, buscando viejos sabrosos para el
reparto como el novio de Dua lipa. Comienza la obra, te cuento mi pasado,
analizas en mi piel cada cicatriz y llegas a mis manos frunciendo el seño este
pueblerino no se cuida, y sigues anotando con tu lapicera que late fuerte
cuando babeo en tu pecho. Suena de nuevo ese audio de Tiktok que decía que usándolo
tu deseo se cumpliría mientas una estrella del otro lado de las sierras cruza
el mismo cielo y dejándome ver su luz me cumple el deseo.
Como dice Auggie Pullmann: Todos merecemos una ovación de
pie al menos una vez en la vida. Estar en este primer acto y quedar en la
obra es mi ovación de pie. Estar con vos es mi chiflido desubicado desde la
tribuna, tomarte de la mano es mi aplauso ensordecedor.
Tú, con tu corazón de pluma lleno de Taylor Swift hablando sobre
el amor como si fuera lo más delicado y frágil, tú con tus fotos estéticas de Pinterest,
tu con la ferviente necesidad de pelearme y corregirme cuando me equivoco tratando
de hacer de mi texto una escritura solvente, tu con tu pesimismo negado donde
todo menos la voz te Taylor esta mal, con tu necesidad de oler mi perfume, de
cuidarme, tu con ese calor humano que te hace sincero, con tu ropa combinada,
con tu carpeta de recuerdos en la galería, con tu respiración en mi nuca siendo
la cucharita grande. Tú y solamente tu eres mi ovación de pie.
Ale, eres mi utopía más bonita.
Pasare toda la vida pidiendo te perdón, hoy escribirte es la
segunda que encuentro. La primera fue escribir frase por frase en Twitter
Afterglow.
No quiero pensar que se nos bajó el telón, no quiero pensar que
tu silencio es una despedida, no quiero que todo termine y quedarme recordando
lo bueno y agradeciendo las sonrisas lloviéndome por dentro apagado, por favor
no me bajes el telón. Dame la oportunidad de un segundo acto, volve a hablarme,
volve a regarme tus besos, volve a saludarme en las mañanas, te lo ruego amor,
no me sueltes el corazón.